Para comenzar nuestra jornada con buen pie, empezaremos tomando alguna bebida caliente en una de las múltiples cafeterías de la zona cercana a la Plaza de la Merced.

Nuestra primera visita será la Casa natal de Picasso (1).

Partimos del número 15 de la Plaza de la Merced donde nace en 1881 Pablo Picasso, el pintor más importante del siglo XX. Declarado Monumento Histórico-Artístico de Interés Nacional en 1983 el Museo Casa Natal comenzó ocupando la primera planta hasta albergar hoy la totalidad del edificio.  Además, desde el año 2005 cuenta con otra sala de exposiciones en el número 13 de la Plaza de la Merced.

El inmueble está enclavado en el conjunto arquitectónico conocido como Casas de Campos donde residían Don José Ruiz Blasco y Doña María Picasso, padres de Pablo Ruiz Picasso.

Seguidamente, y a tan sólo 2 minutos, encontramos la iglesia de Santiago Apóstol (2), que es el templo cristiano más antiguo de Málaga. Fue construido en 1.490 sobre una antigua construcción musulmana, de la que aprovechó la fachada original, que conserva su puerta central de estilo mudéjar. Este monumento está catalogado como Bien de Interés Cultural. Alberga en su interior obras de gran valor de Alonso Cano y de Niño de Guevara, así como dos de las imágenes más veneradas de la Semana Santa: La Virgen del Amor y la de Jesús el Rico.

El célebre pintor malagueño Pablo Ruiz Picasso fue bautizado en esta iglesia en 1.881. Actualmente, pueden verse la partida de nacimiento del artista y la pila donde recibió su bautismo el pintor.

A escasos 10 minutos, encontramos el antiguo museo municipal de Málaga (3), que fue uno de los espacios donde Picasso aprendía de su padre el buen oficio de la pintura. José Ruiz era conservador del Museo Municipal y tenía allí instalado su taller. El espacio museístico estaba ubicado en el Convento de San Agustín en pleno centro histórico junto al Palacio de Buenavista, sede actual del Museo Picasso Málaga. El artista malagueño recordaba en numerosas ocasiones esta etapa de su padre con mucho cariño.  “Una pieza como cualquier otra, sin condiciones especiales; un poco más sucia, si acaso, que la que tenía en casa; pero allí estaba más tranquilo…”, confesaba el pintor. El niño acompañaría al padre en ocasiones, y aprendería las rutinas y secretos del arte pictórico. En la Ruta Picassiana que te ofrecemos es muy importante que no te saltes este punto donde los pequeños ojos del artista fueron nutriéndose de las técnicas de dibujo de su progenitor.

Para continuar, haremos un recorrido más largo hasta llegar a la escuela de bellas artes de San Telmo (4) donde el padre de Picasso, José Ruiz Blasco, fue profesor de dibujo.

El edificio alberga actualmente el ateneo de la ciudad. Sin duda, esta fue la primera vía de contacto de Pablo Picasso con los estudios clásicos que su progenitor le fue inculcando desde pequeño. Aunque nunca llegó a realizar ningún curso en este lugar, la influencia de esta escuela siempre estuvo presente en su evolución como artista. No pases por alto esta construcción con historia y disfruta de su estilo interior elegante y manierista.

Otro lugar que debes visitar si quieres conocer de cerca la vida cotidiana del pequeño Pablo Picasso es la calle Comedias, donde estuvo ubicado el colegio de San Rafael (5). Se trataba de una escuela laica y moderna, aunque al pintor en su infancia no le gustaba asistir a clase. Cuenta la leyenda que a veces se llevaba objetos de su padre al aula para que éste tuviera que ir en medio de la jornada a recogerlos. Decía sentirse enfermo para no ir al colegio y poder quedarse cerca de su progenitor en la Escuela de Bellas Artes. Actualmente no se encuentra allí el colegio pero es placentero darse un paseo por una de las calles típicas de Málaga y desembocar en la Iglesia de los Mártires. Una zona con mucho comercio artesanal que recorría cada día el pueril Picasso.

El Perchel (6) o Los Percheles es un barrio de Málaga que actualmente está ubicado en el distrito centro de la ciudad pero siempre no fue así, ya que en un principio suponía el primer asentamiento periurbano de la capital. El nombre actual proviene de la industria que hizo famosa la zona por el secado del pescado, para el que se utilizaban perchas o palos. Aquí resurgen parte de las raíces de Picasso, ya que su abuela materna, Inés López Robles, pertenecía a una familia humilde de barrileros.  En uno de los escritos que realizó el propio Picasso se puede leer: “(…) yo he nacido de una madre hija de una hija de quince años nacida en Málaga en los Percheles, el hermoso toro que me engendra la frente coronada de jazmines”.  No dudes en darte una vuelta por este barrio castizo de Málaga que fue nombrado en El Quijote por el mismísimo Miguel de Cervantes.

La influencia del puerto y el centro histórico de Málaga (7) en la obra del artista es latente, a pesar que tuvo que abandonar la ciudad a los diez años. Siendo un niño pintó “Vista del puerto de Málaga” donde refleja el mar que lo vio nacer. Puedes visitar este enclave con olor marinero y después adentrarte en el centro histórico de la ciudad para descifrar las entrañas del espíritu malagueño que invadió al artista a lo largo de su vida y que refleja en obras cubistas de bodegones típicos andaluces y de bailaoras flamencas. En calle Granada puedes adquirir botellas tanto del vino de Ojén como el de Málaga (que plasmó en varios cuadros) y pasarte por los jardines de la Plaza de la Marina para ver la escultura de El Cenachero, pescador que en su cenacho llevaba el pescado fresco por la ciudad para venderlo y que Picasso plasmó también en su obra. Respira el aire de esta ciudad con carisma y toma un descanso de tu Ruta Picassiana en la Plaza de la Merced para ver cómo revolotean las palomas, animales que veía el pintor cada día desde su ventana y que tanto reflejó en sus cuadros y dibujos.

Llegados a este punto, es hora de tomar un descanso y disfrutar del entorno, la gente y los diversos comercios de la zona.

Aquí podemos aprovechar para comprar algún detalle o comer en uno de nuestros restaurantes recomendados.

Una vez retomemos nuestro recorrido, visitaremos la plaza de toros de la Malagueta (8), donde Picasso empezó a pintar desde muy niño y con tan sólo ocho años, tras una corrida de toros, y bajo los consejos de su padre pintó “El pequeño picador”, su primera pintura al óleo. La tauromaquia siempre estaba presente en su obra y la Malagueta es la plaza de toros donde acudía desde pequeño con su padre para disfrutar del arte de la lidia. En esta ruta tienes que acercarte hasta este coso taurino de estilo neomudéjar donde, entre otros festejos, hay que destacar en Semana Santa la “Corrida Picassiana” en honor al artista malagueño.

A Picasso se le han dedicado calles, plazas y monumentos a lo largo y ancho de la geografía malagueña. Uno de los puntos más destacados de la capital de la Costa del Sol que lleva el nombre de este artista universal son los Jardines de Picasso (9), situados donde antaño se erigía la fábrica textil de La Aurora. Son más de 16.000 metros cuadros llenos de vegetación donde poder pasear plácidamente y rememorar al pintor cubista. Aquí podrás encontrar varios ejemplares de ficus que se encuentran entre los mayores de Europa.

Situado en el Palacio de Bellavista en Málaga se encuentra el Museo Picasso Málaga (10). Este espacio responde al deseo de Pablo Picasso de que su obra estuviera presente en la ciudad que lo vio nacer. Las 285 obras que reúne la Colección del museo, son fruto de la cesión de los herederos del artista. Este espacio museístico abarca las innovaciones revolucionarias de Picasso, así como la amplia variedad de estilos, materiales y técnicas que dominó. Desde los primeros estudios académicos a su visión del clasicismo, pasando por los planos superpuestos del cubismo, cerámicas, sus interpretaciones de los grandes maestros y las últimas pinturas de los setenta. En la Ruta Picassiana que te proponemos no podía faltar este enclave ineludible.

Entre los Muelles 1 y 2 podremos visitar El Centre Pompidou Málaga (18) para experimentar el arte moderno y contemporáneo. Continuaremos por el Muelle 2, convertido en bulevar con el nombre de El Palmeral de las Sorpresas. Una agradable zona de paseo y relax donde entre otras instalaciones, encontraremos el Museo Alborania (19). Aula del Mar, que nos ofrece una experiencia interactiva única para descubrir la extraordinaria fauna y flora marina del Mar de Alborán.